La obesidad infantil, un problema con graves consecuencias
Habitualmente se valora la obesidad mediante el Indice de Masa Corporal (IMC). Pero también es muy importante la valoración del perímetro abdominal.
Los niñ@s obesos y con sobrepeso
tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta, aumentando la probabilidad de
padecer a edades más tempranas enfermedad cardiovascular, diabetes, artrosis y
ciertos tipos de cáncer.
Es muy importante ser conscientes
de este problema y trasladarlo a los cuidados diarios que procuramos a los
niñ@s cada día. Como contrapunto, los niñ@s responden mucho mejor que los adultos a
los cambios de conducta que puedan realizar para cambiar con la tendencia y
obtienen mejores resultados.
¿Cuáles son las causas?
No existe una causa concreta y
única, es debido a la influencia de múltiples factores: genéticos, sociales,
ambientales, culturales, políticos y socioeconómicos. Todos ellos conducen a
una causa principal: el desequilibrio entre la ingesta calórica (lo que se come)
y el gasto que hacemos de esas calorías.
El cambio de nuestra dieta
tradicional y el sedentarismo forman parte de la ecuación que conduce a este
problema.
¿Qué repercusiones tiene?
Sin duda que son muy numerosas
pero las más importantes son:
-Trastornos psicológicos: pérdida
de autoestima o rechazo de la propia imagen corporal.
-Trastornos del aparato locomotor:
problemas ortopédicos en las rodillas, desviaciones de la columna, pie plano,
etc.
-Trastornos hepáticos como la
litiasis biliar (piedras en la vesícula) o esteatosis hepática (grasa en el hígado).
-Trastornos respiratorios (mayor
tendencia a desarrollar asma, apnea del sueño, etc.) y dermatológicos.
-Trastornos madurativos como la
pubertad adelantada.
¿Qué podemos hacer?
Su abordaje es complejo porque
como dijimos son muchos los factores que conducen a este grave problema de
salud en nuestra sociedad y es, por ello, en el que debemos involucrarnos a
todos; no sólo a padres o profesionales sanitarios, sino también a toda la
sociedad civil, gobiernos, asociaciones no gubernamentales y el sector privado,
especialmente al dedicado a la alimentación.
En Canarias disponemos de un
programa protocolizado para hacer un seguimiento del estado de salud de los
niños desde su nacimiento hasta los 14 años. Dicho programa está orientado a la
prevención de las enfermedades y a la promoción de la salud.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de la obesidad varían en
función de la edad del niño, del tiempo de evolución, de la respuesta a los
tratamientos previos y sobre todo de la intensidad de la obesidad.
Tanto la prevención como el
tratamiento de la obesidad infanto-juvenil se basan en 3 pilares fundamentales:
motivación, dieta y ejercicio físico.
La experiencia demuestra que lo
más importante es conseguir la adhesión del niño y del entorno familiar y
social tanto al principio de la prevención como durante la continuidad de la
intervención.
La estrategia para mantener un
peso corporal y sobre todo una masa grasa adecuados se establece mediante la
corrección de errores en la dieta y cambiándolos por pautas más saludables y recomendaciones.
Las dificultades para mantener un peso adecuado en la sociedad en que vivimos han hecho proliferar, especialmente a nivel divulgativo, multitud de
dietas y remedios adelgazantes. La mayoría de los medios de comunicación incluyen
de forma habitual recomendaciones sobre dieta y salud y especialmente sobre
alimentación y obesidad. En muchas ocasiones se trata de dietas desequilibradas,
excluyentes, monodietas, etc., sin fundamento científico reconocido y con la
posibilidad de que produzcan efectos secundarios importantes en la etapa
infantojuvenil.
Otras dificultades que encontramos, y que conviene señalar, es que en la sociedad actual se ha llegado a la situación de comer sin hambre y
beber sin sed, con oferta y posibilidad de alimentarse a cualquier hora.
Además, se ha ido incrementando de forma progresiva el tamaño de las raciones,
por lo que es necesario señalar a las familias la necesidad de atenerse a las pautas
que le recomendemos.
Como recomendación nutricional más acertada es intentar
que el niño siga una distribución adecuada de su aporte energético (de lo que
come) con un equilibrio adecuado de los alimentos para así evitar episodios de
sobreingesta por hambre incontrolada.
Es necesario destacar la importancia de un desayuno adecuado
que suponga el 25% de la ingesta diaria de calorías y deben ser componentes
obligados los lácteos, cereales y fruta.
Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres,
cereales integrales y frutos secos.
Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas
(perjudiciales) por las insaturadas (beneficiosas).
Evitar el alcohol durante toda la etapa infanto-juvenil.
Fomentar la actividad física y limitar las horas de
televisión o pantallas.
by Daniel Cabanillas González. DUE. Z.B.S. Agüimes
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