domingo, 20 de enero de 2019

LA OBESIDAD INFANTIL


La obesidad infantil, un problema con graves consecuencias


La obesidad infantil es el trastorno nutricional más frecuente en España. Alcanza cifras alarmantes en nuestro archipiélago siendo la comunidad autónoma con mayor prevalencia de todo el territorio nacional y una de las mayores de Europa. Hemos llegado a cifras donde 4 de cada 10 niñ@s canarios tienen más peso del que le corresponde.


Habitualmente se valora la obesidad mediante el Indice de Masa Corporal (IMC). Pero también es muy importante la valoración del perímetro abdominal.
Los niñ@s obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta, aumentando la probabilidad de padecer a edades más tempranas enfermedad cardiovascular, diabetes, artrosis y ciertos tipos de cáncer.  


Es muy importante ser conscientes de este problema y trasladarlo a los cuidados diarios que procuramos a los niñ@s cada día. Como contrapunto, los niñ@s responden mucho mejor que los adultos a los cambios de conducta que puedan realizar para cambiar con la tendencia y obtienen mejores resultados.

¿Cuáles son las causas?
No existe una causa concreta y única, es debido a la influencia de múltiples factores: genéticos, sociales, ambientales, culturales, políticos y socioeconómicos. Todos ellos conducen a una causa principal: el desequilibrio entre la ingesta calórica (lo que se come) y el gasto que hacemos de esas calorías.

El cambio de nuestra dieta tradicional y el sedentarismo forman parte de la ecuación que conduce a este problema.


¿Qué repercusiones tiene?
Sin duda que son muy numerosas pero las más importantes son:
-Trastornos psicológicos: pérdida de autoestima o rechazo de la propia imagen corporal.
-Trastornos del aparato locomotor: problemas ortopédicos en las rodillas, desviaciones de la columna, pie plano, etc.
-Trastornos metabólicos: diabetes, hipercolesterolemia y síndrome metabólico.
-Trastornos hepáticos como la litiasis biliar (piedras en la vesícula) o esteatosis hepática (grasa en el hígado).
-Trastornos respiratorios (mayor tendencia a desarrollar asma, apnea del sueño, etc.) y dermatológicos.
-Trastornos madurativos como la pubertad adelantada.
-Trastornos cardiovasculares: aumento del riesgo cardiovascular, hipertensión arterial, etc.

¿Qué podemos hacer?

Su abordaje es complejo porque como dijimos son muchos los factores que conducen a este grave problema de salud en nuestra sociedad y es, por ello, en el que debemos involucrarnos a todos; no sólo a padres o profesionales sanitarios, sino también a toda la sociedad civil, gobiernos, asociaciones no gubernamentales y el sector privado, especialmente al dedicado a la alimentación.
En Canarias disponemos de un programa protocolizado para hacer un seguimiento del estado de salud de los niños desde su nacimiento hasta los 14 años. Dicho programa está orientado a la prevención de las enfermedades y a la promoción de la salud.

Tratamiento
 El mejor tratamiento para hacer frente a la obesidad infantil es la prevención, creando en el entorno familiar y escolar los hábitos de alimentación y ejercicio físico que evitan que aparezca este problema en cualquier etapa de la infancia.
Los objetivos del tratamiento de la obesidad varían en función de la edad del niño, del tiempo de evolución, de la respuesta a los tratamientos previos y sobre todo de la intensidad de la obesidad.
Tanto la prevención como el tratamiento de la obesidad infanto-juvenil se basan en 3 pilares fundamentales: motivación, dieta y ejercicio físico.
La experiencia demuestra que lo más importante es conseguir la adhesión del niño y del entorno familiar y social tanto al principio de la prevención como durante la continuidad de la intervención.
La estrategia para mantener un peso corporal y sobre todo una masa grasa adecuados se establece mediante la corrección de errores en la dieta y cambiándolos por pautas más saludables y recomendaciones.
Las dificultades para mantener un peso adecuado en la sociedad en que vivimos han hecho proliferar, especialmente a nivel divulgativo, multitud de dietas y remedios adelgazantes. La mayoría de los medios de comunicación incluyen de forma habitual recomendaciones sobre dieta y salud y especialmente sobre alimentación y obesidad. En muchas ocasiones se trata de dietas desequilibradas, excluyentes, monodietas, etc., sin fundamento científico reconocido y con la posibilidad de que produzcan efectos secundarios importantes en la etapa infantojuvenil.
Otras dificultades que encontramos, y que conviene señalar, es que en la sociedad actual se ha llegado a la situación de comer sin hambre y beber sin sed, con oferta y posibilidad de alimentarse a cualquier hora. Además, se ha ido incrementando de forma progresiva el tamaño de las raciones, por lo que es necesario señalar a las familias la necesidad de atenerse a las pautas que le recomendemos. 

Como recomendación nutricional más acertada es intentar que el niño siga una distribución adecuada de su aporte energético (de lo que come) con un equilibrio adecuado de los alimentos para así evitar episodios de sobreingesta por hambre incontrolada.
Es necesario destacar la importancia de un desayuno adecuado que suponga el 25% de la ingesta diaria de calorías y deben ser componentes obligados los lácteos, cereales y fruta. 
Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas (perjudiciales) por las insaturadas (beneficiosas).
Evitar el alcohol durante toda la etapa infanto-juvenil.
Reducir la ingesta de azúcares (refrescos, zumos, bollería, etc.).
Fomentar la actividad física y limitar las horas de televisión o pantallas.

by Daniel Cabanillas González. DUE. Z.B.S. Agüimes

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